Para mi propio placer...

domingo, 7 de febrero de 2010

Los ojos ya no lloran

El fin parecía acercarse, me rehusaba a verlo, a sentirlo. Creía en la esperanza del amor, creía que los sentimientos podrían ser más fuertes que cualquier océano.
Hoy, después de meses de lucha en contra de mis ideales y de exprimirme los ojos, me di cuenta que te habías ido; que nos dejamos ir.
Ya no lloro, las lagrimas se secaron. He guardado el corazón en un pequeño cofre para compartirlo conmigo, para contemplar las llagas que tiene; intentaré, con el tiempo, resucitarlo, lo mimaré, le cantaré para que vuelva a latir y veremos si, dentro de un tiempo pueda volver a vivir.